CUENTO: EL LADRÓN DE SUEÑOS


      Aloha, tras casi dos años sin pasar por aqui, y dado el contexto actual me decido a retomar este cuaderno de reflexiones para transitar a un sistema posible, aprovecho para nuevos lector@s que artículos previos adquieren nueva relevancia...Bueno, para empezar os cuelgo uno de los cuentos que escribí allá por septiembre del 2019, y que el confinamiento le ha otorgado un sentido mucho más profundo del que entonces pudiese imaginar. Un cuento que archivé con otros para su posible publicación junto a una serie de ilustraciones, pero que he creido conveniente publicarlo en mi blog porque en esta crisis sanitaria y ecosocial puede ayudar y entender muchas cosas, repensar en que mundo queremos vivir, colaborar y generar cuando ésta pase. Un cuento que pide a gritos ilustraciones pero mientras me llegan, lo lanzo a publicarlo con dos dibujitos propios.

"CUENTO. EL LADRÓN DE SUEÑOS."

            A Tasio le enseñaron, como a la mayoría de nosotros, que debía luchar por conseguir sueños. Creció con esa idea impulsada desde la familia hasta redes y medios. Con ella iba solapadas las ideas de ilusión y felicidad; podrías ser un deportista de fama y remunerado, a ser posible futbolista, o sino conseguir un título de una carrera técnica entre otros destinos acomodados ; en caso de haber sido chica, era el hogar, familia y buen acompañante lo que tenían preparado en esa lista.

             El caso es que eso de buscar sueños le encantó, de tal modo que no tardó en ponerse a estudiar sueñología por correspondencia y aprendió técnicas para su localización, estudio y análisis. Con gran ahínco se sumergió en la exploración académica de tan apreciados fines. Ahorro con trabajos precarios y se compró un exclusivo aparato para localizar zonas con mayor concentración de sueños, ya sea del tipo que sea. (Les anoto que esta ciencia tenía sus categorizaciones, pudiendo pertenecer a más de una clase o tipología, entre las que nos encontramos: los turbios, los arrugados, los amargados, los relucientes, los prácticos, los colectivos, los materialistas,etc).

             Una vez acabada su formación y acompañado de su apreciado detectómetro, se lanzó a su estreno. Tras coger los bártulos, equipamiento y libreta de anotaciones, salió una temprana mañana al descubrimiento y caza de los codiciados sueños, para su posterior selección y asimilación.

             Al principio  pensó que el aparato no funcionaba, pocos espectros localizaba, y además la gran mayoría eran de un gris desenfocado, puede que fuese por la primera hora de la mañana y la gente todavía andaba durmiendo, el caso es que pasada la infructuosa primera hora el chisme, por fín,  empezó a temblar y a salir luces multicolores, miró al frente y vio una muchedumbre infantil en dirección al colegio, haciendo bailar sus mochilas mientras se dirigían al portón del triste y frío edificio . "Bueno, parece que no está averiado" pensó Tasio, eran sueños puros, plásticos, con muchas tonalidades, aunque en general bastante incompletos. Además la mayoría no se detectaban con nitidez en el "detectasueños". Allí había un buen banco de sueños variopintos pero bastante distorsionados así que siguió su recorrido matinal. Decidió  dirigirse a lugares donde pensó que aquellas ilusiones florecerían y serian abundantes, cual sería su sorpresa cuando no se confirmó su hipótesis; pues ni en la sinagoga, ni en la mezquita, ni en la iglesia, ni en el banco, ni en el ayuntamiento, ni en la universidad, ni en los juzgados aparecía ninguno digno de reseñar... bufff, se quedó chafado al comprobar que en el fondo, los lugares donde debiera prevalecer esas esperanzas y deseos, según había estudiado, en realidad andaban muy escasos de ellos.
            Siguiendo con su particular itinerario,  descubrió que era más fácil localizar sueños reseñables en gente mayor o toparse con sueños de relativa calidad en lugares como los mercados, en los parques y plazas o el los huertos urbanos...Volvía ya para su casa desde una parte de la periferia de la ciudad, cuando el cachivache electrónico empezó a temblar como un descosido, echaba más luces
que nunca y emitir un sonido que ni sabia que existía; se encontraba en una angosta calle, casas bajas a un lado y altos muros al otro, "¿Qué habría detrás de aquella húmeda y fría pared para hacer saltar los plomos de mi máquina?", se pregunto Tasio, así que siguió aquella tapia para descubrir donde estaba la entrada y preguntar que era aquello. No tuvo que hacerlo pues unos metros más adelante una gran placa lo indicaba con toda claridad, el lugar donde más sueños y más puros localizó en toda la ciudad era... ¡LA CARCEL! Tasio se cuestionaba a si mismo, "No podía ser, no tenía ningún sentido, cómo es posible si están privados de libertad y están ahí porque hicieron cosas terribles, probablemente incluso porque no tuvieron sueños "reales" de pequeños", llego a pensar que el aparato se había averiado, pero comprobó que funcionaba perfectamente. Era allí, sin lugar a dudas, donde tendría que atrapar los sueños de su vida; la primera parte de lo que le habían instruido estaba hecho; localizar donde están los de más intensidad. Ahora faltaba la segunda, que era hacerlos suyos y destaparlos, en resumidas cuentas lo que tenía que hacer, por muy extraño que parezca, era entrar en la cárcel para robar unos cuantos y puros sueños...

            La operación no estaba exenta de complejidad pues debía realizar una incursión en sentido contrario a lo que plantea la lógica, colarse en la cárcel. Tras hacerse con los planos, lo preparó todo minuciosamente, material, horarios guardias, etc. A la semana ya tenia todo preparado, y a la noche siguiente llevo a cabo su intrépido plan,con su aparato a cuestas, trepó las murallas, se deslizó por los jardines exteriores y pudo llegar a los pabellones pero cuando ya estaba cerca de las celdas  con los pensamientos más codiciados sonó la maldita sirena y fue apresado antes de alcanzar el anhelado botín. La sentencia fue de 5 años. En el fondo no le sentó mal la idea,al fín y al cabo estaría cerca y accesible a lo buscado, aunque sin el detector sería mucho más complicado localizarlos. Ya en los primeros días conoció gente estupenda: albañiles, informáticos, escritores, estudiantes, ...luego entendió que para poder estar allí sano y que la vida tenga sentido esas personas en realidad eran: albañiles, informáticos, escritores, estudiantes de SUEÑOS, y que estos son intransferibles. Disponían de tiempo de calidad para cultivar cuerpo y mente, esfuerzo y ganas para proyectar que hacer, no solo cuando salgan de su reclutamiento sino allí mismo, y precisamente la privacidad de libertad temporal es lo que les daba tanta fuerza a sus ilusiones. Además al conocerlos y convivir con ellos Tasio comprendió que los sueños no se buscan,ni se persiguen y mucho menos se roban; los sueños se generan desde tu alma, desde tu ser interior, pues son los que lo alimentan y le dan sentido a casi todo lo que hacemos a lo largo del día y de la vida. Aprendió a ver esos sueños sin aparatos, sencillamente mirando a los ojos de los compañeros, sorprendido se quedó cuando descubrió además, que los sueños más brillantes son aquellos más nobles y sentidos, los que tienen que ver con estar con la familia, trabajar en algo que te guste, comer en condiciones, disfrutar de la sencillez de un paseo, lectura, conversación o la complicidad con alguien querido, algunos de hecho, le comentaron que cuidarían de esos sueño que, antes teniéndolo enfrente no supieron verlo. Que gran error toda su vida, buscar fuera lo que podía cultivar y emocionar desde dentro. Salió a los 3 años por conducta soñadora, ¿Sabéis cómo? con sus propios sueños, que no es que fueran muchos ni muy grandes, pero eran suyos, sinceros y puros....y lo mejor de todo, no tuvo que robarlos.
Luis Falcó Maestre.

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