PENSÉ QUE TENÍAMOS CAPACIDAD PARA REFLEXIONAR...

Art.publicado en prensa con motivo del 5 de junio, día internacional del Medio Ambiente

            El mundo se paró porque la naturaleza pegó un grito, un grito de auxilio...El primer mes, y superado el shock, creí que la gente, ante la incertidumbre y el parón obligatorio, aprovecharía tan extraordinaria y delicada circunstancia para mirar más allá de su ombligo, asumir parte de responsabilidad por caer en el error de que la naturaleza está a nuestro servicio y no al revés, e incluso que somos parte de ella y por lo tanto una autodestrucción, una amenaza. Videos de solidaridad y de ánimo desde los balcones invitaban a ello... Ay, cuán equivocado estaba,y como me dicen alguien en la red, "admiro tu esperanza en la pedagogía ecológica".

Miguel Brieva (Una vez más).
             Fue entrar en el segundo mes y la mass media interesada, políticos y las redes vinculadas se enzarzan en debates casi todos secundarios y estériles, presionando a los propios medios, a los gobiernos y sus medidas,  juicios políticos también a la OMS, a lobbies(farmacéuticas frente a remedios menos agresivos, telecomunicaciones ,etc); pros y contras de las medidas y recomendaciones sanitarias. Incluso leer y escuchar si "el bicho lo puso china o EEUU" o incluso meter al 5G (desvirtuando sus peligros reales que no explicaré aquí) o al avistamiento de ovnis (alucino). Cuestiones que se traslada y contamina a los debates en foros y tertulias de una población despistada, en muchos casos con formas desconsideradas e insultantes, la era de las fake-news y las redes sucias


            El trasfondo es el interés de cada sector y sus cegados o al menos tuertos seguidores para imponer su modelo de orden mundial; ya sea nuevo o recuperado, ensuciando los otros posicionamientos e impidiendo la reflexión real que hay detrás de la expansión de la COVID-19. Un ruido poco legítimo que nos aleja de la verdadera razón que hay en el fondo, basado básicamente en la zoonosis y la pérdida de la biodiversidad.

            Sea cual sea la responsabilidad institucional directa en la expansión de este virus, lo que está claro es que la pandemia ha sido posible gracias a la destrucción de los ecosistemas y a menospreciar estos últimos lustros la importancia de los servicios sociales y sanitarios.Avisados estábamos, pues varios SARS no llegaron a salir de Asia este mismo siglo.   

            Asumir que tenemos que reencontrarnos con la tierra, escucharla y reconciliarnos con ella es algo que algunos repetimos desde hace décadas, pero que haya sido la propia naturaleza la que nos haya castigado al rincón del pensamiento en la casa de cada uno me pareció una gran oportunidad.

            Este tercer mes ya en fases de "desescalada" me han dejado hecho polvo. Y lo siento por mi hijo y su generación. Más bien vivimos una escalada de despropósitos al comprobar que se tiende a: "volver a la normalidad", "cervezas y desfases", recrudecimiento de los movimientos neofascistas (y montar esa patraña de la neutralidad) confabulaciones interesadas, recuperar el terrible usar y tirar donde sea (¡ahora también guantes y mascarillas!) y un vacuo e insuficiente debate sobre los servicios sociales y la reincorporación a la enseñanza..

            Una normalidad donde retornar con más fuerza a contaminar los entornos naturales, donde nuestra afán se reduce a poder volver a viajar por el mundo, ir de terrazas y futbol o que abran los centros comerciales, donde se me ofrezca todo sin pensar sus consecuencias (Homo consumus)

            Luego está la otra cara de esta terrible realidad, a la que damos la espalda. Más allá de la mortandad directa del virus, encontramos la recesión socioeconómica: paro, hambre y falta de recursos. Escenario equiparable a las postguerras de los años 40. Y todo ello acompañado tanto por la amenaza de los repuntes víricos, que también hace sus estragos psicológicamente, como a la amenaza de un virus visible y político que pondrá incluso ataques al IMV (Ingreso mínimo vital) y al propio sistema democrático.

Dedicatoria Sanitaria de Milo Manara.
            También hay margen para la esperanza. mirando a nivel global por ejemplo vamos a ver como navega el nuevo movimiento "la internacional progresista" impulsada por intelectuales y pensadores como N.Klein, N.Chomsky o F.Haddad.

            Y de cara a nosotros mismos, y reforzado por la celebración del dia internacional del Medio ambiente, les invito a afrontar los miedos con cordura, no creernos víctimas y asumir la incertidumbre como parte de la nueva etapa; no rellenar ese vacío con explicaciones simplistas, suposiciones interesadas y confrontativas; pues es más fácil buscar culpables que responsables, la segunda es más reflexiva y madura, de hecho E.Kant ya argumentaba que la inteligencia se puede medir por el volumen de incertidumbre capaz de soportar, y son tiempos de reflexionar y aguantar, mirar a la ciencia y no derivar al prejuicio, al dogmatismo o al fundamentalismo. Asimismo hago un llamamiento a la pedagogía ambiental que falta nos hace; sino el castigo de la madre tierra será mucho más severo.