Aprovecho y os cuelgo el artículo que he escrito este año para el dia internacional del M.A. El título viene a ser un juego de palabras donde cada vez parece tener menos peso la protección ambiental y pasa de ser medio importante a ser un cuarto, a su vez recluido en el mismo.
"Ha llovido mucho y ha subido
bastante la temperatura desde aquella cumbre en Estocolmo de 1972, hace
exactamente 44 años. Y es que hoy se conmemora el día internacional del Medio
ambiente. Y en la agenda global esta el tratar el ya reconocido cambio
climático generado por la acción humana, que supone reestructurar los procesos
productivos, fórmulas de transporte y obtenciones energéticas tal y como las
conocemos para reducir los GEI o gases de efecto invernadero.
En los últimos 25 años han tenido lugar 3
grandes cumbres (johannesburgo y 2 en Rio de Janeiro), y múltiples convenciones
de la tierra y del clima (modificación climática) con muy buenas intenciones y muy
pocas medidas reales -salvo Kioto-: Lima, Doha, Varsovia, ect...hasta
llegar a la denominada COP21 de París. La tónica general de todas ha sido el
venderlas como acuerdos "Históricos" al cerrarlas con un amplio consenso,
firmando poco más de una docena de páginas o acuerdo de mínimos para que estén
China y EE.UU. Sobre las medidas y fondo de estos acuerdos (no vinculantes) se
lee mucho conceptos como "alentar", "invertir", "investigar","recomendar" "proponer",
"instar", "preocupar"... y ya en el último escenario de la
capital gala el único dato concreto que leemos fue el de no llegar al
incremento de los 2 grados, esforzándose en no rebasar los 1,5, al finalizar este siglo XXI. Con un plan de
trabajo, una mínima financiación y una serie de comisiones institucionales que
velaran y revisarán por esos principios a partir del 2020.
Como contraste durante estos años tenemos la hemeroteca (y
la realidad) plagada de dantescas noticias y estadísticas sobre alteraciones de
temperatura, deshielos, destrucción de hábitats, especies y entornos naturales (como la que comento antes de este artículo).
Además acecha actualmente la aprobación de tratados como la TTIP, tratado de
libre comercio entre EE.UU y U.E., que entre otras barbaridades, establece
privilegios de las multinacionales respecto a la legislación de los estados
miembros y antepone principios productivos y mercantilistas por encima de los
proteccionistas sociales y ecológicos. O sea provocará medidas diametralmente
opuestas a lo que pretende el COP21.
Y es que al final todo esta vinculado; la justicia, la
equidad y el equilibrio natural y climático
van de la mano y, por contra, estamos en un desarrollismo económico que va
en dirección contraria. Todo ello a pesar de que todas las alarmas están
encendidas y que es evidente científicamente que este modelo esta caduco y
genera grandes desigualdades.
En nuestro país seguimos con la "lógica"
perversa de los megaproyectos que más
que cubrir servicios sociales y bondades ecológicas acaba suponiendo todo lo
contrario, un latrocinio al amparo de
ciertas administraciones y políticos, pagando la ciudadanía y las cajas de
ahorros. Ejemplos ilustrativos son el blindaje de la ley energética a la
oligarquia empresarial, estableciendo peajes a las alternativas o "el
impuesto al sol", haciendo inviable el autoabastecimiento. Otro gran
ejemplo es el PITVI (plan de infraestructura de Transporte y vivienda), que es
continuista a su predecesor PEIT (2005) y que sigue una irracional apuesta por
las grandes infraestructuras; más AVE y más autovías. Con números vemos que en
2014 más del 90% de las inversiones son para la Alta Velocidad (3.194 millones)
con 29,6 millones de pasajeros frente a 121 millones a Cercanías, con 405
millones de viajeros; pero no acaba ahí la cuestión, se plantea 7.289 km más de líneas AVE
por todo el Estado. Al final ni se cumple la rentabilidad social, ni los
beneficios ecológicos ni siquiera la económica de cara a las arcas públicas.
Tomen apunte de cara a la cita común del 26 de Junio.
Pero no nos pongamos apocalípticos, pues ante el cambio
de color político del último año en algunas comunidades y municipios se está
demostrando que hay fórmulas de gestión sostenibles y que serán referente en
los modelos que establecen ese cambio inevitable de tendencias en hábitos y convivencia.
En campos como los RSU (residuos Urbanos), recobran ideas como la recuperación
de envases cristal que supone nuevos recursos o implantar el contenedor
orgánico facilitando la recuperación general; además cada vez más municipios
aplican fórmulas laborales enfocadas a la EBC (Economía del Bien Común),
medidas para potenciar la agricultura ecológica que proteja la biodiversidad o
apuestas por la movilidad sostenible a nivel urbano con participación ciudadana,
impulsando las zonas peatonales, transporte público y viales ciclistas. Por
otro lado se está recuperando poco a poco la
gestión pública de servicios de necesidad básica hasta ahora privatizados.
No obstante queda mucho camino que rehacer, o en su
defecto recuperar, y es que si hace unos años sentía que el medio ambiente paso
de identificarse solo con figuras naturales (parques, costas, fauna y
flora) para ser un acólito de las
medidas económicas y sociales, a día de hoy siento que lo que debería estar
como principio básico y trasversal de las políticas económicas, fiscales o
energéticas, está recluido en un "cuarto" mal orientado y poco
luminoso.
Luis Falcó Maestre
Verds-Equo Alacant / Compromis Alacant (#alavalenciana).
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